martes, 22 de marzo de 2011

The Nightwatch


Este cuadro de Rembrandt volvió a mis pensamientos hace unos días por un documental que ví en la televisión. La pintura, creada en 1642 muestra a una compañía militar de civiles que en su afán de representar su papel de defensores de la ciudad, protagonizan una escena de acción. El capital Francis Baning Cocq y su telente William Ruytemberg se dirigen hacia nosotros en medio de un mar de gente que esta haciendo algo.

Si bien esta pintura histórica parece un tanto “aburrida” y común para nosotros, basta compararla con pinturas contemporáneas del mismo tema para hallar su "shock value". Mientras que la costumbre era representar a los miembros de las compañías sentados en hileras como fotografías de equipos de fútbol, esta escena parece sacada de una vibrante producción teatral o de la vida real.

El documental en cuestión va más allá, al afirmar que se trata de una elaborada alegoría que acusa a los protagonistas del cuadro de un crímen. La teoría de la conspiración que envuelve a todos los elementos internacionales de la época, desde las luchas protestantes católicas, la hermandad internacional de pintores y hasta la guerra civil inglesa, pero no explica bien las circunstancias del asesinato, si bien es capaz de resaltar algunos detalles que el espectador aficionado no nota: como el guante derecho y la segunda niña. Las acusaciones van desde pintura religiosa hasta burla de la masculinidad de los protagonistas.

Si bien estos documentales son interesantes porque avivan el interés de las personas en obras de arte demasiado “vulgarizadas”, así como el Código da Vinci trató a la Mona Lisa, generan otros problemas. La cuestión es que desde que vi este documental, una explicación sana y simple como la del Dr. Schama en Rembrandt’s Eye no me satisface y me encuentro contradiciéndolo. En todo caso es mejor dejar esta materia de discusión a los expertos.

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