Desde que tengo memoria siempre quise crear historias. Tal vez siempre lo que me gustó fue imaginar diferentes historias y mezclarlas para hacerlas a mi manera. Me gustaba pensar por ejemplo como sería la continuación de los cuentos infantiles famosos si todos los personajes malos se unieran para vencer a los buenos.
Con el tiempo y gracias a la influencia materna, me interesé en la lectura y comencé con las típicas novelas infantiles, como Heidi y Mujercitas. La habilidad de conectarme con las historias e imaginarme las situaciones me permitió amar la lectura y siempre estar en búsqueda de nuevas tramas.
Con el tiempo y gracias a la influencia materna, me interesé en la lectura y comencé con las típicas novelas infantiles, como Heidi y Mujercitas. La habilidad de conectarme con las historias e imaginarme las situaciones me permitió amar la lectura y siempre estar en búsqueda de nuevas tramas.
También me parece estimulante hasta hoy el tomar un personaje conocido e imaginármelo en otro contexto, o en su vida personal, para de alguna forma encontrar una conexión humana y apreciarlo. De esta manera nacieron mis primeras historias, que por mi típica timidez nunca salieron a la luz. Y ahora, en esta edad que me siento capaz de hacer todo, espero cultivar los hábitos que me permitan desarrollar mi técnica.
Por el momento trato de leer artículos de autores sobre sus métodos para ver si puedo relacionarlos conmigo y si puedo practicarlos como escribir en la mañana para evitar interrupciones, como Simon Schama, escribir diariamente y hacer fichas de ayuda, especialmente si el tema es histórico como Hillary Mantel, también está el desconectarse del internet y tener un respaldo físico para escribir lento y revisarlo más de una vez. Pero los más importantes de estos consejos son: leer más para seguir aprendiendo más y tratar de encontrar mi estilo propio, lo que únicamente se consigue con determinación y práctica.
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